“Cultivar, nutrir, preservar. Juntos. Nuestras acciones son nuestro futuro”
¡Es hora de reconstruir mejor!
En las últimas décadas, el mundo ha progresado significativamente en la mejora de la productividad agrícola. Aunque ahora producimos alimentos más que suficientes para alimentar a todos, nuestros sistemas alimentarios están desequilibrados. El hambre, la obesidad, la degradación ambiental, la pérdida de diversidad agrobiológica, la pérdida y el desperdicio de alimentos, y la falta de seguridad para los trabajadores de la cadena alimentaria son solo algunos de los problemas que evidencian este desequilibrio. Mientras los países comienzan a desarrollar e implementar planes de recuperación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), existe la oportunidad de adoptar soluciones innovadoras basadas en evidencia científica para mejorar nuestros sistemas alimentarios y reconstruir mejor.
El Día Mundial de la Alimentación hace un llamamiento a la solidaridad mundial para ayudar a las personas más vulnerables a que se recuperen de la crisis y para hacer que los sistemas alimentarios sean más resilientes, y robustos de manera que puedan resistir el aumento de la volatilidad y los choques climáticos, proporcionar dietas saludables asequibles y sostenibles para todos, y medios de vida dignos para los trabajadores del sistema alimentario. Esto requerirá regímenes de protección social mejores y que se ofrezcan oportunidades nuevas a través de la digitalización y el comercio electrónico, pero también prácticas agrícolas más sostenibles que preserven los recursos naturales de la Tierra, nuestra salud y el clima.
Clausura de la brecha digital
Las tecnologías digitales son clave para transformar la manera de producir, procesar, comercializar y consumir los alimentos, y para desarrollar sistemas alimentarios más resilientes y robustos. Tienen el potencial de cerrar la gran brecha digital entre los países desarrollados y los países en desarrollo, ciudades y zonas rurales, hombres y mujeres, jóvenes y viejos. Pero la digitalización es una realidad distante para más de 3 000 millones de personas en el mundo que carecen de acceso a Internet, la mayoría de las cuales viven en zonas rurales y remotas.
Las nuevas tecnologías prometen cambios revolucionarios para los pequeños agricultores. Esto incluye imágenes por satélite, teledetección y aplicaciones móviles y de cadenas de bloques con el potencial de optimizar las cadenas alimentarias, aumentar el acceso a alimentos nutritivos, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, mejorar la gestión del agua, luchar contra las plagas y enfermedades, supervisar los bosques o preparar a los agricultores ante las catástrofes. Para mejorar las habilidades digitales de los agricultores y dar voz a sus necesidades e ideas será esencial una capacitación intensiva, así como la creación de incentivos para alentar la producción de alimentos nutritivos y diversos.
La mejora del análisis de datos también ayudará a los gobiernos de los países en desarrollo a tomar mejores decisiones. La FAO está dispuesta a apoyar a los países cuando identifiquen asociaciones para hacer esto realidad, incluidas las oportunidades de inversión del sector privado. Esto será crucial para construir la infraestructura necesaria (conexiones de banda ancha, proveedores de servicios de datos) y para alojar centros de datos o plataformas en la nube que admitan grandes bases de datos con información vital. La FAO puede ofrecer un asesoramiento técnico sólido sobre cómo una regulación mejor y una formación adecuada pueden allanar el camino hacia un futuro digital para la alimentación y la agricultura.