Desde el año 2005, todos los 18 de junio se conmemora el Día del Orgullo Autista. Esta fecha apoya promueve la idea de que las personas con autismo no padecen una enfermedad y pueden llevar una vida normal.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de toda la vida. De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 160 niños tiene este trastorno . Los TEA comienzan en la infancia y tienden a persistir hasta la adolescencia y la edad adulta.
Siguiendo el sistema de clasificación ICD-10 utilizado en Europa, existen dos subgrupos principales: el autismo clásico y el síndrome de Asperger .
El autismo clásico tiene asociadas diferentes dificultades de aprendizaje. Estas personas poseen un coeficiente intelectual por debajo de la media al que se le suman dificultades del lenguaje. En cambio, el Síndrome de Asperger (AS) comparte las características del autismo clásico pero sin las dificultades de aprendizaje. Los pacientes poseen un coeficiente intelectual medio o incluso superior a la media y no presentan dificultades del lenguaje.
¿Cómo identificar a un niño con TEA?
- No responde a su nombre para cuando tienen 12 meses de edad.
- No señala los objetos para demostrar su interés (no señalar un avión que pasa volando) para cuando tienen 14 meses de edad.
- No juega juegos de simulación (por ejemplo: «darle de comer» a un muñeco) para cuando llegan a los 18 meses de edad.
- Evita el contacto visual y quiere estar solo.
- Tiene dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.
- Presenta retrasos en las destrezas del habla y el lenguaje.
- Repite palabras o frases una y otra vez (ecolalia).
- Da respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.
- Se irrita con los cambios pequeños.
- Tiene intereses obsesivos.
- Aletea las manos, se mece o gira en círculos.
- Tiene reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.