En octubre de 1990, en Santiago de Chile, durante el 1º Congreso Latinoamericano de Obesidad, se resolvió la creación de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obesidad, FLASO.
Más adelante, en la 1º Convención Latinoamericana para el Consenso en Obesidad (octubre de 1998, Río de Janeiro, Brasil) se resolvió establecer este día. Ambas reuniones reflejaron la preocupación de la comunidad científica de la región en torno a “la epidemia del siglo XXI”.
Esta enfermedad metabólica crónica constituye un problema de salud pública generalizado que se puede prevenir.
Según la OMS, Organización Mundial de la Salud, en el año 2008 había en el mundo más de mil millones de personas con sobrepeso y 300 millones de obesos.
La morbimortalidad asociada a esta patología incluye en un 70% a las enfermedades cardiovasculares. Considerados como problema de los países desarrollados, la obesidad y el sobrepeso también van en constante incremento en los países con ingresos medios y bajos, especialmente en sus áreas urbanas.
La prevalencia de la enfermedad en Latinoamérica es del 50% (año 2009); el gran número de niños que la padece está en grave riesgo de enfermar a futuro de diabetes, hipertensión arterial y enfermedad coronaria.
La prevención debe centrarse en la modificación de hábitos de vida tales como dieta alimentaria inadecuada y sedentarismo. Deben ser especialmente estimulados los programas educativos destinados a que los niños conozcan y adopten dietas equilibradas con incorporación de frutas y verduras y pocas grasas, y una actividad física centrada en los deportes.