1949 - 2019

10 de septiembre | Día Internacional para la prevención del Suicidio.

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebra el 10 de septiembre, está organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP). El objetivo de esta jornada, que copatrocina la OMS, es demostrar que estos actos se pueden prevenir.

El suicidio no solo se produce en los países de altos ingresos, sino que es un fenómeno global que afecta a todas las regiones del mundo. De hecho, en 2016, más del 79% de los suicidios en todo el mundo tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos.

El suicidio es un grave problema de salud pública; no obstante, es prevenible mediante intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos y a menudo de bajo coste. Para que las respuestas nacionales sean eficaces se requiere una estrategia de prevención del suicidio multisectorial e integral.

  • Cerca de 800 000 personas se suicidan cada año.
  • Por cada suicidio, hay muchas más tentativas de suicidio cada año. Entre la población en general, un intento de suicidio no consumado es el factor individual de riesgo más importante.
  • El suicidio es la segunda causa principal de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años.
  • El 79% de todos los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medianos.
  • La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en todo el mundo.

Prevención y control

Los suicidios son prevenibles. Existen algunas medidas que se pueden adoptar entre la población, los grupos de población y las personas para prevenir el suicidio y los intentos de cometerlo. Esas medidas incluyen:

  • restricción del acceso a los medios de suicidio (por ejemplo, plaguicidas, armas de fuego y ciertos medicamentos);
  • información responsable por parte de los medios de comunicación;
  • las intervenciones escolares;
  • introducción de políticas orientadas a reducir el consumo nocivo de alcohol;
  • identificación temprana, tratamiento y atención de personas con problemas de salud mental y abuso de sustancias, dolores crónicos y trastorno emocional agudo;
  • capacitación de personal sanitario no especializado, en la evaluación y gestión de conductas suicidas;
  • seguimiento de la atención dispensada a personas que intentaron suicidarse y prestación de apoyo comunitario.

El suicidio es un problema complejo y, consiguientemente, las actividades de prevención exigen la coordinación y colaboración de múltiples sectores de la sociedad, incluidos los de salud, educación, trabajo, agricultura, comercio, justicia, derecho, defensa, política y medios de comunicación. Esas actividades deben ser amplias e integradas, dado que ningún enfoque individual por separado puede tener efecto en una cuestión tan compleja como el suicidio.

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